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Terrores nocturnos y pesadillas

Terrores nocturnos y pesadillas

 


Conocer la diferencia entre pesadilla y terror nocturno es importante para saber cómo manejar la situación.

TERRORES NOCTURNOS

Los terrores nocturnos se dan durante la fase de sueño profundo, por tanto:

Ocurren dentro de las 2-3 primeras horas de sueño.
Duran entre 15-20 minutos.
Y tras ello, los niños NO se acuerdan de lo sucedido durante el episodio, al contrario que en las pesadillas.
Pueden ocurrir desde muy temprana edad y suelen estar relacionados con la aparición de un hito del desarrollo, por falta de sueño o alteración de los patrones de sueño. En bebés se da, prácticamente siempre, por exceso cansancio y estimulación excesivos. Corrigiendo este punto, desaparecen.

¿QUÉ HACER?

  • No intentar despertar a su hijo mientras experimenta un terror nocturno, esto empeora la situación.
  • No hablar del episodio con su hijo al día siguiente, el no se acordará y puede generarle miedos.
  • Mantener la calma.
  • Vigilar que esté físicamente seguro durante el episodio, intentando no intervenir.
  • Crear buenos hábitos de sueño y ajustar las rutinas adaptándolas a su edad.

 

PESADILLAS

Las pesadillas empiezan a aparecer a partir de los 2 años ya que en este momento se empieza a desarrollar la imaginación y por tanto los miedos. Son más comunes alrededor de los 3 años.

Suelen darse como consecuencia de situaciones externas que producen miedos en nuestro hijo. Situaciones como cambios grandes como cambiarles de habitación, empezar la guardería, etc. La estimulación excesiva antes de dormir ya sea por pantallas o por historias que puedan producir inquietud a vuestros hijos, hace que haya más posibilidades de tener pesadillas durante la noche.

Las pesadillas, al contrario de los terrores nocturnos, suceden en la fase REM del sueño, suelen finalizar con el despertar del bebé y por tanto sí que se recuerdan. Suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche, siempre se despiertan alterados y con miedo, por lo tanto es importante reconfortarles.

+-Antes de dormir 
  1. Evitar hablar, ver o hacer cosas que despierten temor en tu hijo.
  2. Rutina relajante 20-30min antes de dormir: evitar sobreestimulación y pantallas.
  3. Evitar que lleguen demasiado cansados a la hora de dormir (vigilar las rutinas de siestas y ventanas de sueño).
  4. Si expresa verbalmente que prefiere dormir con luz, dejar una luz muy tenue que no sea estimulante (mejor luces naranjas o rojas).
+-Después de la pesadilla
  1. Acudir a tranquilizarle sin restarle importancia a lo que ha sucedido pero tampoco haciendo que sea más importante de lo que realmente es.
  2. Evitar expresiones como “no ha pasado nada” porque ellos lo viven como una realidad.
  3. Estar a su lado el tiempo que necesite para estar tranquilo y volver a dormirse, intentando no generar nuevas muletillas de sueño.

Muchos expertos creen que las pesadillas forman parte del desarrollo de los bebés para aprender a generar mecanismos de defensa. Lo normal es que sean temporales y esporádicas, si se mantienen en el tiempo puede ser conveniente acudir a un especialista.

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